lunes, 23 de enero de 2012

El precio es lo de menos...

No se si será el segundo, el tercero o el cuarto mueble que monto pero cada vez la sensación es más extraña. Y es que todo, todo, todo, ¡ está más que estudiao!

Ya hace algún tiempo visualicé uno de esos vídeos interpretado por esos grandes cómicos del humor sevillano, esos que hacían el papel de dos cuñados (el rafa y el fali) o algo así, donde aparecían en uno de sus vídeos haciendo una campaña de marketing, bien estudiada, en pro del mueble de toda la vida (de Merkamueble) utilizando una amplia y tan acertada crítica al producto de Ikea. La verdad que el vídeo destaca más la calidad del producto de merkamueble, que no es tanta desde mi punto de vista, en comparación con lo que se despacha en Ikea. Pero claro está, el vídeo no enseña nada nuevo, todo el mundo sabe lo que está comprando allí y a lo que debe atenerse cada vez que visita esa gran pequeña república independiente, que mires por donde mires hay chismes y al final por la última flecha pintada en ese hormigón armado por el que discurre tu paseo, te paras en seco, y dices, ¿donde estoy, como he llegado aquí, y sobre todo que es lo que he visto que ya no me acuerdo?.

Me gustaría con este relato profundizar un poco más de lo que explica el vídeo de estos dos actores, en lo que ha sido mi quinta o sexta experiencia en semejantes instalaciones y el transcurso del fin de semana con el mueble MALM... y la madre que lo parió...

Lo que quisiera destacar es la estrategia de marketing abusiva que emplea IKEA, y es que cuando entras por ese parking gratuito, subes por esas escaleritas viendo un ropero..una camita...un despacho....te acercas al mostrador de los minilápices y coges 3 o 4 (no vaya ser que tanto apuntar te quedes sin grafito). Y un metro que al poco te das cuenta que ya lo has reventado por los nervios de haber observado el primer salón, y su precio por sólo 700 € , de aglomerado claro, de que iba a ser si no. Entonces te mira tu novia y te dice "donde vas?, espérate y coge un carrito, no?" Ahí ya si que te pones fatal de los nervios por que tu ves como te va adelantando la gente y tienes que decidir entre un carrito amarillo que parece haberse fabricado para transportar bombonas de butano o la maravillosa bolsa amarilla también, claro, con más churretes que un papel de calentitos por cierto. En ese momento de incertidumbre y nervios al final te decantas por coger las dos cosas y se acabó.
Lo que aún no sabes o no te acuerdas de la última visita es que ahora tienes que ir arrastrando el carro hasta el final del trayecto, que se dice pronto o tratas de auto-convencerte de que puedes irte en cualquier momento, pero lo siento....ahí está el demonio...ya no hay puertas de salida, ya no hay ascensores o escaleras mecánicas que te faciliten el poder huir en estampida en caso de que te urja marcharte. Ahora el feliz trayecto por la maravillosa república independiente de Ikea te lo tienes que tragar con papas sí o sí.

Son las 2 de la tarde y desde las 11 dando vueltas y ya está...todo apuntado...todo previsto pasas por la última flecha, que te indica la salida y es cuando tenemos que estar preparados para lo peor....ponernos el disfraz de mozo de almacén y comenzar la interminable búsqueda del mueble MALM, que por una vez puedo decir que se encontraba justa nada más entrar en el almacén, en un lugar muy a la vista y a la mano....pero claro de eso me dí cuenta cuando llegué a las cajas registradoras y repasé las 25 calles restantes buscando la zona 0.

Listo, lo tienes todo, te acercas a la caja y otra vez el mismo proceso de siempre. Mientras una chica te va pasando por el lector de códigos los productos te va dando una clase magistral de como tienes que hacerlo tú solito la próxima vez. Pero al final tanto tú como ella sabéis que la próxima volverá a tener que hacértelo. Yo lo sé, por que no me he enterado de una papa y tampoco me quiero molestar en hacerlo y ella también lo sabe por que te lo explica a una velocidad tal, que es directamente proporcional a sus ganas de seguir trabajando y consecuentemente no pasar a formar parte de las listas del PARO. Obvio.

Sábado. Abres los ojos, pasas por la puerta del estudio y echas la mirada de la vaca a las dos cajitas del conjunto MALM. Vas al baño....desayuno..paseito y miradita....entras en el estudio meneas los dos paquetones con las fuerzas de las que se presume a esas horas, las observas por un lado por otro y las dejas donde estaban.
Pongo a cargar el atornillador de batería, por lo que sea.

Manos a la obra....comenzamos....abro el paquete 1...5 minutos para abrirlo...está bien pegado....sorpresa...debía haber empezado por el paquete número 2.......aiii¡¡¡¡¡¡ Ricardo es obvio....ogh.

Abro el 2 y como no, te encuentras un tetris de aglomerado y una pequeña bolsa que cuando la sacas del paquete ya no te parece tan pequeña. Adjunto imagen por si parezco exagerado:


Cuando yace todo el material en el suelo y ves todos los tableros, paneles, escuadras, raíles, empiezas a acordarte de aquel vídeo de los cuñados...donde decía aquello de " y lo bonito que es, compadre, que van a tu casa y te lo montan....te lo monnntaannn.... tu no te tienes que preocupar de nada"

Ahí vas entendiendo verdaderamente el significado de la crítica humorística, pero vivido todo aquel infierno de recorrido y transporte hasta tu casa, dices....leches esto lo monto yo ...guapo ...ahí...y lo dejo....fino....

Ahí.....ahí es donde está la clave de la campaña de marketing de Ikea. En poner en juego tu persona, tu inteligencia, tu lógica y tu fuerza de superación. La verdad que puede sonar todo esto a cachondeo, pero realmente lo pienso. ¿ y por que lo pienso?.
Os lo explico rápidamente por que es curioso y creo que a más de uno le habrá pasado.

Ikea juega con tu mente en varias fases durante el montaje:

Una primera fase, en la que abres el paquete y te vienes abajo de una manera que dices....yo no puedo con semejante obra de ingeniería.
Una segunda fase, en la que pone en juego tu automotivación y por supuesto convierte el tiempo estimado de montaje del chisme en las dos o tres horas más tensas del día, por supuesto si en el proceso intervienes tú y tu señora, hay más tensión que en el derbi sevillano. Aunque en esta ocasión puedo presumir que MALM no consiguió enfrascarnos en ninguna discusión sobre si el tornillo que va en el orificio pequeño es el fulken 12x6 o el stinger 14x8.

Y una tercera tercera etapa, por supuesto la más importante del proceso de captación de clientes y de manipulación de la marca sobre nuestras mentes. Lo tengo montado....lo he conseguido....soy un hacha...soy un crack....ya no hay más?...
Sí, es así como lo digo. No sé como lo hacen pero cuando ya terminas de montar el dichoso MALM te sientes tan bien, te ha costado tan poco trabajo, esfuerzo y dinero que sientes por dentro la necesidad de no callártelo y expresar esa frasecita que puede hasta sorprenderte a ti mismo: "pues yo ahora mismo montaba otro, y en menos tiempo". repito, ahí está el demonio.

Así es, lo han conseguido, una vez más Ikea ha sabido calarte en la mente, jugando con tus pensamientos, con tus miedos a lo incapaz, retándote a la auto-superación para al final conseguir su único objetivo que es, venderte un mueble.

Y al final después de haberte mareado buscándolo, haber asistido a una clase magistral de cobro en caja, haber realizado un estudio de montaje, tomar fotos del kit, y autoconvencerte de que eres un máquina montando muebles del Ikea, olvidas el concepto más importante a la hora de comprar un artículo........que el precio es lo de menos.....y así la próxima vez que nos visites compras más.